Nos sentimos desbordados con los acontecimientos diarios, la casa, el trabajo, los hijos, los problemas familiares, la pareja, etc. No sabemos cómo afrontar ni cómo resolver ciertas situaciones, ya que hemos perdido la capacidad de analizar las cosas con objetividad y de actuar racionalmente.
La pérdida de un ser querido (muerte o separación) y haber vivido un hecho traumático (accidente, violación, violencia doméstica, abuso físico o psicológico, etc.) puede generar serios conflictos emocionales, de los cuales es muy difícil salir adelante sin ayuda profesional.
Sentir tristeza todo el tiempo, sentir ira injustificada con frecuencia, sentirnos culpables por ciertas actitudes o pensamientos, no poder controlar el llanto, tener conductas agresivas, sufrir cambios constantes de humor, tener conductas pasivas o de aislamiento, etc., que repercuten enormemente en la calidad de vida.
Estar obsesionado con algo, tener pensamientos catastrofistas, fijaciones, ser inflexible con otras personas, lo que genera inevitablemente malestar en su entorno e impide vivir la vida con normalidad.
Sentirnos mal con nosotros mismos, no gustarnos, infravalorarnos, no aceptarnos como somos, etc. Todos estos son síntomas de un problema de Autoestima y a veces se llega al extremo de desear que la vida se acabe, ya que siente que nada tiene sentido. En estos casos es imprescindible buscar ayuda psicológica profesional.
Cuando consumimos en exceso ciertas sustancias, ya sea drogas, alcohol o tabaco, es aconsejable acudir a un psicólogo. En caso de adicción es necesario realizar una terapia con pautas claras establecidas para superar el problema. Asimismo también se consideran adicciones la pérdida de control sobre conductas relacionadas con el juego, el sexo o las nuevas tecnologías, y requieren de un tratamiento psicológico.
Por un lado la restricción de comida (dietas estrictas), y por el otro la ingesta descontrolada de comida (atracones con o sin provocación de vómito) son trastornos alimentarios que precisan de la ayuda de un profesional de la psicología, ya que en la base de esta enfermedad se encuentra una percepción distorsionada de la imagen personal, que es necesario trabajar a nivel mental.
Cuando nos despertamos por la noche y nos cuesta volver a dormir, seguramente estamos dando vueltas a los problemas y situaciones que estamos viviendo. Esto repercute negativamente en nuestro rendimiento durante el día, ya sea a nivel laboral, en la concentración de nuestras actividades diarias o en nuestro estado anímico, dando como resultado una pérdida en la calidad de vida.
Los problemas sentimentales en la pareja son frecuentes. Pueden estar relacionados con problemas de convivencia, problemas con los hijos o la familia en general, sentir o ser víctima de celos desmedidos, haber pasado por situaciones de infidelidad, el desamor, etc. En estos casos, y si los dos lo desean, es recomendable realizar una terapia de pareja. En caso de que uno desee terminar la relación, también es aconsejable acudir a un psicólogo, ya que una separación lo menos conflictiva posible es menos traumática para la pareja y los hijos.
Está demostrado que muchos de los problemas sexuales del hombre (impotencia, eyaculación precoz, etc.) y de la mujer (anorgasmia, inhibición del deseo sexual, etc.) están originados por problemas psicológicos, por lo cual es siempre recomendable realizar una terapia psicológica en estos casos.
Cualquier tipo de maltrato, abuso físico o verbal, violencia en el hogar, bullying, la separación de los padres o la muerte de padre o madre, etc., deja secuelas a nivel emocional y conductual en la vida adulta. Las relaciones personales y afectivas están íntimamente relacionadas con lo que vivimos de niños o adolescentes, así como también la manera en que nos desenvolvemos en el presente y enfocamos nuestro futuro. Si ese trauma de la infancia no se ha podido procesar en su momento, es aconsejable acudir a un profesional de la psicología para poder recuperar la alegría y vivir en plenitud.